La cochinilla de la humedad pertenece a la familia de los isópodos y es el único crustáceo terrestre que se ha podido adaptar para la vida fuera del agua (y por ello es el único que no tiene fase larvaria: desarrollo directo). Pese a ello, siempre las encontraremos en condiciones de humedad porque sus branquias no pueden funcionar en ambientes secos. La hembra, como el resto de crustáceos, transporta los huevos en una ooteca (Deposito).
Estos animales presentan dos pares de antenas en la cabeza, aunque uno de ellos es casi inapreciable. El tórax está dividido en siete segmentos visibles.
Tiene siete pares de patas, que en las hembras presentan en la base unos ensanchamientos que servirán para transportar los huevos. En los machos, el primer par esta alterado para atender a las funciones reproductoras.
Las cochinillas de la humedad no son capaces de retener agua en su cuerpo; es por esta razón que viven en lugares húmedos. En exteriores ellas se refugian debajo de troncos y macetas. Las cochinillas de la humedad se alimentan de materia orgánica y plantas en descomposición y por ello suelen vivir debajo del mantillo de las plantas. Para mantener un nivel alto de humedad son muy activas durante la noche.
La comida se compone principalmente de materiales orgánicos, tales como plantas en descomposición. El menú se complementa con las proteínas de la carroña, los hongos y las bacterias. A veces se alimentan de las partes vivas de las plantas y semillas comestibles. De la comida que consume sólo usa un 70% . El resto se excreta como heces, que son una fuente importante de alimento para las cochinillas jóvenes. Además, los excrementos son más fáciles de absorber para los alevines que los nutrientes. Al comer las heces la flora intestinal es adecuada en el alevín.
En el laboratorio se ha demostrado que la mayoría de especies de cochinillas son caníbales, pero en el campo abierto, probablemente no juega un papel importante. Su dieta es un importante eslabón en el ciclo o proceso de descomposición de materia orgánica.
La cochinilla puede defenderse de la depredación con la excreción de un polvo de mal sabor y sustancias pegajosas. Sin embargo, esto no es muy eficaz y el éxito de estas sustancias parece inversamente proporcional a la del hambre de los depredadores.
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